CANELA FINA

Carlos E. Bilbao, 1949. Escritor. Me gusta la naturaleza; escribo sobre educación, sociedad, familia, política y literatura.

24 febrero 2006

Yo no soy precisamente un fanático de la cosa religiosa, pero me preocupa la actitud de enfado, perplejidad e, incluso, escándalo en Occidente, ante la reacción de los musulmanes de todo el mundo por las tristemente célebres “viñetas de Mahoma”. Ofendidos, esgrimimos el derecho a la libertad de expresión información, o que ellos no sean precisamente un modelo a imitar… En el mejor de los casos, tratamos de arbitrar soluciones para que estas cosas no ocurran, los políticos piden perdón… Yo pienso que no van por ahí los tiros. En Occidente tenemos que saber que la ofensa religiosa a los sentimientos de otras culturas puede ser considerada – lo es en el caso de la religión musulmana – como una blasfemia, un insulto directo a Dios, y reaccionan con la cultura de la vida y las pautas religiosas que profesan.
Todo lo contrario ocurre en nuestro entorno, donde la blasfemia, irreverencia, ataques a las iglesias cristianas – sobre todo a la Católica -, insultos a personas físicas o entidades, son admitidas socialmente, cuando podrían ser motivo de querella. ¿O no?
Zimon de Elea