UNA INQUIETUD QUE AUMENTA
Sí. El fenómeno va a más. Se trata de la violencia de los jóvenes contra sus padres e, incluso, contra sus abuelos. Para afirmar estos casos de agresiones, no hay más que acudir a las fiscalías.
Y resulta llamativo también que no existe ningún perfil para el menor agresor: no se caracterizan ni por el nivel socioeconómico, ni tampoco por el país de procedencia, aunque tiene entre 13 y 14 años.
Las madres son las principales víctimas y ha subido la violencia protagonizada por las chicas.
¿A qué se debe esto? Podría uno ponerse pesimista y decir que no hay vuelta atrás, que este es el mundo que torpemente hemos preparado a nuestros hijos: sin amor y entrega, sin espíritu de sacrificio para formar una familia. Y también que el mal ejemplo arrastra... Aunque cabría decir que el buen ejemplo arrastra mucho más. En fin.
"Donde no hay amor, pon amor, y sacarás amor". Esta conocida frase, me parece que de san Juan de la Cruz, está muy unida a la autoridad y a la paciencia. Pero por muy paciente que quiera ser un padre o una madre, si falta la autoridad, no hay nada que hacer. Pero una autoridad que es servicio a los hijos: darse en cuerpo y alma a la familia; no hay otra receta.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home