CANELA FINA

Carlos E. Bilbao, 1949. Escritor. Me gusta la naturaleza; escribo sobre educación, sociedad, familia, política y literatura.

08 octubre 2007

A VUELTAS CON LA EMPATÍA

La empatía es una cualidad muy importante de la persona. Pero todos los que la poseen se encuentran en un terreno algo resbaladizo. La disposición personal habitual de ponerme en la situación de los demás (que eso es la empatía), puede acarrear muchos sinsabores cuando nuestro interés se topa con el sufrimiento de otras personas. Es entonces cuando se sufre con ellas o por ellas. Sin embargo, la certeza de estar contemplando, haciendo, ayudando en algo noble, dulcifica el sabor a hiel que provoca ver sufrir a otros

Es bueno que las gentes con esta tendencia altruista se conozcan bien, precisamente para dominar su impulso y ponerse en el lugar del otro de una manera comedida. No es el natural egoísmo, es simple subsistencia. Lo que sí es atroz es negar con los hechos la existencia de los padecimientos del otro. “Ir cada uno a su bola”.

Este egoísmo, cuando le ponemos el prefijo macro, es el que provoca las actuales desigualdades materiales y morales de nuestro mundo. Es decir, la empatía (o llámese amor) queda sofocada, y no por un grupo selectivo de personas; continentes enteros son capaces de desoír la llamada de ayuda de otros países. Estoy hablando del Tercer Mundo, del Segundo Mundo, del Primer Mundo; de los inmigrantes, de las guerras, del hambre en todos los sentidos...

¿Solución? Convicciones personales; no dejarse arrastrar por lo políticamente correcto; y ponerse en marcha. No hay otras soluciones.