CANELA FINA

Carlos E. Bilbao, 1949. Escritor. Me gusta la naturaleza; escribo sobre educación, sociedad, familia, política y literatura.

24 octubre 2006

LAS RELACIONES DELCENTRO EDUCATIVO Y LA FAMILIA

Dando por supuesto que es necesario que la haya, lo que hay que pensar y articular a fondo es, cómo se lleva a termino esa relación, para que efectivamente haya una armonía entre padres, profesores y alumnos. Opino que la dirección, o los propietarios del colegio, deben tener una actitud lo más activa posible respecto al trato asiduo con los padres de los alumnos. De la misma manera que se pone, o se está en disposición de hacerlo en un futuro, un firme empeño en llevar a cabo una seria acción tutorial con los alumnos, así mismo debe ser con los padres. Insisto en el plural porque cabe el peligro de que, sobre todo el varón, delegue en su esposa las relaciones con el centro docente; ambos, él y ella, deberán entrevistarse con el tutor de su hijo, en unas conversaciones que no serán sólo un comentario sobre las calificaciones o la conducta. Hay muchos otros temas que conviene tratar. Los padres pueden ayudar mucho al profesor tutor, y al revés.
Lo primero será analizar el comportamiento en los ámbitos en el que se mueve el alumno o la alumna. Esto, que parece una cosa superflua, de puro evidente, conforma el primer tramo para lograr una unión de intereses entre los padres y el profesor; que cada uno se enriquezca con los datos que le ofrece el otro. Se conseguirán dos aspectos: decidir objetivos concretos para ayudar al hijo o la hija y, en otro orden de cosas, se comenzará a establecer una relación de amistad entre el matrimonio y el centro.
¿Qué decir a unos padres en la entrevista? No se puede concretar mucho: el temario es amplísimo. Pero haría las siguientes aseveraciones:
1 Si el tutor conoce al hijo, porque han hablado ya algunas veces en plan entrevista formal, tendrá montones de datos para comentar o preguntar a los padres.
2 Ello propiciará que el matrimonio que se está entrevistando, palpe que el centro docente se preocupa por su hijo. Esto llevará, a su vez, de la mano a un clima de confianza; los padres agradecerán la información, e intercalarán opiniones, datos y comentarios que observan en su casa.
3 Como fruto del esfuerzo, es decir: que el tutor haya tenido varias entrevistas con sus alumnos y, además, haya meditado sobre ellos: sus cualidades, su futuro, consejos a recomendar, etc...,como fruto de ese esfuerzo, repito, el tutor puede fácilmente “dar la cara” por sus alumnos en la sesiones de evaluación y, también, intercambiará opiniones con otros compañeros sobre los tutelados, en cualquier momento de la jornada.
El resultado es que los padres conocerán bien lo que el claustro opina de su hijo, lo cual es una cuestión que, obviamente, les interesa..
4 En las conversaciones con los padres, que lo normal es que sean cada mes, más o menos, no han de faltar consejos dados por el preceptor al matrimonio; consejos para velar por los intereses del hijo, y consejos directos para ellos: que aprendan que no lo saben todo por haberlos traído al mundo. El profesor tutor puede darles orientaciones muy certeras, que a ellos ni se les ha pasado por la imaginación.
5 El tutor debe mostrarse disponible para verse con un matrimonio cuando éste se lo pida, y no esperar a que le “toque” el turno. Sería una desconsideración y una muestra de que nos preocupan poco ellos y los hijos.
6 Si la tutoría con padres se hace bien, surgirá una amistad real con el tutor. No será de extrañar que tengan “detalles” con él, como invitarle a comer o cenar, o tomar unas copas en el bar de la esquina. No es conveniente aceptar regalos; atan nuestras disposiciones futuras, en caso de que haya que sancionar o suspender al hijo. Ellos no lo verán como un pequeño soborno; lo hacen de todo corazón, por puro agradecimiento. Pero debe hacérseles ver que, aceptar regalos, es una arma de doble filo. Claro que, si vamos a incurrir en un desaire, es mejor aceptar en nombre de todo el claustro, y dejando claro que ello no implica ningún futuro trato de favor.
Ojo, porque la experiencia me dice que esto es así. Se acaban aceptando los regalos que los padres hacen sin ninguna oculta intención... Pero resulta que un día se le coge al chiquillo robando unos exámenes en el despacho de los profesores de inglés. Apertura de expedientes, suspensión temporal de la escolaridad... lo que sea. Total que el alumno es sancionado. Y aquí salen a flote los regalos. Los padres se decepcionarán ante la sanción del hijo, y pueden aflorar reproches. Es mejor no aceptar regalos ni favores; de verdad.
7 No conviene que la APA como tal, intervenga en la acción tutorial. De la misma manera que no interviene en el desarrollo de las clases. Lógicamente este organismo puede quejarse de la aparente falta de profesionalidad de un profesor como tal, o como tutor, y tiene el derecho a exigir ser oída. Además, tienen representación en el Consejo Escolar. Pero si hay que llamar la atención a un profesional sobre algún aspecto concreto, lo han de hacer sus superiores jerárquicos, y no un representante de la Asociación. Cosa bien distinta es que un padre le diga “las verdades del barquero” - acertadamente o no - a un profesor, a título privado; tiene todo el derecho.
8 Y casi para terminar esta apasionante parcela del quehacer de un docente: hay que aclarar a los padres - y digo aclarar, porque muchos no lo tienen claro - que el centro docente no es un aparcamiento de hijos. En esto conviene insistir sobre todo a los padres con hijos pequeños, que confían demasiado en los esfuerzos de los profesores, y no saben, quizá porque nadie se lo ha dicho, que en los primeros años de la vida de su hijo, el papel de los padres es de especial importancia. Hay muchas personas que piensan que todo debe hacerlo el centro. Quizá no lo digan a boca llena, pero lo están pregonando con su actitud. Y luego vienen los disgustos, los malentendidos, etc.
9 Hay una especie de temor - más bien recelo - hacia las APA. Se piensa por parte del personal directivo y los docentes, que es un trampolín para hacer política, o que se meten en cuestiones que no les atañen, porque no son profesionales del ramo.
Opino que las funciones de una APA son diversísimas y muy enriquecedoras para la vida escolar. En esta cuestión el personal directivo debe estar atento a prestar a la APA toda la colaboración y ayuda que necesiten. Como así mismo mantenerles informados de los grandes temas del centro: aspectos económicos, resultados académicos, cursos de orientación familiar, actos culturales, fiestas, admisión de alumnos, sanciones especialmente importantes, etc.
Unos padres que sacan tiempo al tiempo para echar una mano, son los más eficaces en encontrar otros colaboradores que también puedan ayudar.